Al Sur de Europa, entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo, entre los Pirineos y el Estrecho de Gibraltar, España, con sus casi quinientos seis mil kilómetros cuadrados, España abarca, además de la mayor parte de , las Islas Baleares, las Islas Canarias y las ciudades de Ceuta y Melilla.
Con esta extensión geográfica España es el tercer país más grande de Europa, tras Rusia y Francia.
Las palabras variedad, diversidad y contraste son las que mejor lo definen.
Contrastes en el paisaje, diversidad en el clima, diferencias en las tradiciones, variedad en la gastronomía, peculiaridades en el folclore, distintos modos de vida, heterogeneidad en la economía, pluralidad en la lengua e, incluso, diversidad en el aspecto físico de sus más de cuarenta millones de habitantes pueden considerarse sus señas de identidad.
Montes y llanuras, densos bosques y rocas desnudas, playas y acantilados.
Los Pirineos y la Cordillera Cantábrica al Norte, la Cordillera Ibérica al Este y Sierra Morena y el Sistema Bético al Sur son grandes cadenas montañosas que rodean una elevada meseta en el centro, partida a su vez en dos mitades por más montes (el Sistema Central y los Montes de Toledo).
Todos estos montes hacen que España sea el segundo país más montañoso de Europa, por detrás de Suiza.
Lluvia lenta y aguaceros, frío y calor, cielos grises y soles abrasadores, mar en calma y embravecida.
Su situación entre dos mares y la disposición de las cadenas montañosas que no permiten la influencia del mar en las zonas del interior, hacen que en pocos kilómetros podamos pasar de un clima costero oceánico, templado, húmedo y lluvioso, a un clima continental más seco y extremo o a un cálido clima mediterráneo.
Y con el clima, la fauna, los árboles, los arbustos, las plantas y las flores, hacen de España uno de los países de Europa con mayor riqueza paisajística.